“El gusto de los otros”, “Como una imagen” y “Hablame de la lluvia” convirtieron a Agnés Jaoui en una de las directoras francesas más prestigiosas de los últimos años y su manera de narrar y caracterizar a los personajes es una razón esencial. La primera impresión que genera su filmografía es que las tres historias podrían ser parte de una sola, en tanto comparten una idea fundamental: en todas se realiza la deconstrucción de un prejuicio que circula en la sociedad, particularmente en las clase acomodadas francesas, que son las que aparecen representadas, en el marco de tramas que giran alrededor del costumbrismo y la cotidianeidad burguesa.
Durante una entrevista, Agnés Jaoui comentó que “incluso ahora, que pensamos que somos tan modernos y tan abiertos de mente, tenemos muchos prejuicios sobre la gente y eso hace muy difícil que nos comuniquemos entre nosotros”[1], lo cual, después de conocer su producción cinematográfica, suena a una declaración de principios. “El gusto de los otros” (Les gouts des autres) es paradigmática en este sentido, en tanto son puestos en cuestión los conceptos de “gusto”, “estilo”, a partir de los prejuicios que se generan cuando la mirada se centra en las elecciones artísticas del otro. Por otra parte, el film presenta una descripción de las relaciones que se establecen entre el artista burgués y el resto de la sociedad, en base a distintos significados que se atribuyen a la noción de cultura y a las cualidades que se deben tener para que se pueda calificar a alguien como ”culto”.
En “La elección de lo necesario”, Pierre Bourdieu elabora una distinción entre el gusto de las clases populares y el gusto burgués. Considera que el factor que determina las elecciones de las clases populares es la necesidad, que las lleva a una estética pragmática y funcionalista, con la intención de “obtener al menor costo el máximo de efecto, fórmula que para el gusto burgués es la definición misma de la vulgaridad”[2]. Contrariamente, las elecciones de la burguesía se caracterizan por responder a criterios puramente estéticos, no motivados por necesidades económicas. Este esquema de Bourdieu es pasible de ser identificado en el film, aunque con algunas diferencias:
- En primer lugar, en “El gusto de los otros” no aparece un conflicto de clases, sino que la cuestión de las elecciones estéticas se plantea en el seno mismo de la burguesía. En este sentido, Jean-Jacques Castella, el personaje interpretado por Jean Pierre Bacri representaría el gusto de las clases populares, desprovisto de la capacidad para entender el arte, por lo cual es motivo de burla y vergüenza ajena por parte de un grupo de artistas que se presentan como los únicos calificados de establecer los parámetros de lo estético. Entre ellos se encuentra Clara Devaux, una actriz de teatro de la cual Castella se enamora, por lo cual intentará acercarse al mundo artístico, totalmente desconocido para él, en tanto es un empresario industrial desinteresado de ese campo. Incluso hay ciertos momentos en que la actriz se coloca en el lugar de protectora de Castella, quejándose ante sus amigos “artistas”, por una negociación que están cerrando con el empresario industrial para redecorar su empresa, ya que cree que se quieren aprovechar de él. Este esquema bourdieuano se rompe a partir de una pregunta que realiza Jean-Jacques Castella a Clara Devaux acerca de la compra de un cuadro en una exposición, que deviene fundamental para la idea central del film de Jaoui: “¿No se puso a pensar que quizás solo lo compré porque me gusta?”. En ese momento queda ridiculizada la figura del artista burgués que se posiciona en un lugar distinto al resto de la sociedad, lo cual queda evidenciado en la posterior culpa de Clara por su prejuicio acerca de los gustos del empresario.
- Por otro lado, la supuesta preocupación de los artistas por lo puramente estético y no funcional, no está disociado del interés por obtener fines de lucro, satisfaciendo necesidades económicas. De esta manera, se niega el concepto de “arte por el arte”, en pos de un arte burgués solo comprendido por los selectos miembros del grupo, que pretende aprovechar las supuestas carencias estéticas de quienes no forman parte del mundo artístico, en este caso Castella, para obtener réditos económicos.
De esta manera, a través de una historia de la vida cotidiana de la burguesía francesa, Agnés Jaoui elabora una manera de caracterizar a los personajes que profundizará en sus siguientes películas: cada uno de ellos centra siempre su mirada en lo que hacen los demás y construye un prejuicio, evadiendo sus conflictos internos o negándolos. Esta situación genera un escenario repleto de relaciones sociales complicadas, confusas, en las cuales los sentimiento reales son escondidos detrás de un aparentar constante, que responda exitosamente al discreto encanto que debe demostrar la burguesía en todo momento, el cual Jaoui evidencia a través de un juego permanente entre el drama y la comedia absurda.
The Lumberjack
[2] Bourdieu Pierre, “La elección de lo necesario” en La Distinción, Taurus, Madrid, 1979.
Ju... Bueno, había escrito una bocha y esta mirda no me lo publicó. En fin, decía que em encantaría ver las pelis así puedo opinar con más elementos. El debate sobre el arte y las clases es eterno, creo que no alcanzará la historia de la humanidad para acabarlo (tampoco creo que haya que acabarlo).
ResponderEliminarDe lo que sí estoy bastante convencida, es del pedo burgués artístico y el falso hipsterismo que nos aqueja.
Te manda un beso,
tu compañerita de blog.
P.D: estás increiblemente atravesado por el discurso universitario, jajjaj.
ResponderEliminar